sábado, 7 de julio de 2012

Tu morada

Foto de la red



Anoche dormí contigo, 
apareciste sin previo aviso 
algo va mal, te conozco. 
Dijiste: ¡te necesito! 
Te conteste sin temblar la voz 
y mi corazón dio un brinco. 

¿Porqué se tambalea mi entereza 
cuando te escucho? 
Podría no hacerlo, 
pero bebo cada palabra 
tuya con orgullo, 
soy la confidente de tu mundo. 

Me hablas de engaños, 
de sangre acelerada, de placer, 
de mundos encontrados, 
de la necesidad de estar a mi lado 
sin querer reconocer 
que me estas deseando. 

Total indiferencia muestro, 
por dentro ¡estoy muriendo! 
Me preguntas...contesto 
mi yo me tortura, niego como puedo, 
adviertes que mi boca tiembla 
cuando te alejas de mi vera. 

Y llegaste a traición, 
por mi espalda y sin decoro 
con un roce de tus labios 
donde sabes que me pierdo 
y supiste de mis sueños 
sin tenerme compasión. 

Y fue un sacrificio 
ahora quiero, pero no debo 
no fui yo...tu primero 
y me encontré en un arrebato 
buscando tu bello rostro 
descubriendo de tu boca el gozo. 

Te susurre al oído 
y sentiste la calidez de mi cuerpo, 
me llevaste entre sollozos 
a tu morada, tu dominio 
y rodee tu cuello con mis brazos 
y revolotearon mariposas en mi ombligo. 

Y en aquel paraíso de ensueño 
me ofreciste amor del bueno. 
Anoche dormí contigo 
lo descubrí al despertar cuando 
dijiste a mi lado 
¡Estoy vivo! 

 Copyright Fini López Santos
(Derechos reservados)









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