Navegue tu cuerpo
de orilla a orilla,
recorrí tus playas
de arena fina,
acantilados de vértigo
escarpados precipicios.
Anduve tus laderas
con paso firme
fundiendome en ellas
hasta redimirme.
Busqué tesoros escondidos
en cada palmo de tu piel.
Llegue a tu isla paradisíaca
sin ti, solitaria estaba
y me venció el miedo
de quedarme en tu recuerdo.
Grité tu nombre en el silencio
y el eco retorno mis besos.
Navegue tu cuerpo…
Celosa la tormenta
arrió las velas de mi barca.
Copyright Fini López Santos
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