Foto de la red
Se perdió en torbellino de sensaciones
cuando la boca jugo en su cuello
cual presa a voluntad de su victima.
Inmóvil, un repicar de tambores
resonaban en las sienes
y en un breve instante,
silencio…
La respiración retomo
el ritmo deseosa de una
nueva excitación.
El latir de sus entrañas
cada vez más intenso,
fue deseo descontrolado
ante la magia de sus manos
y el saxo sigue sonando
al compás de sus cuerpos.
De placer se emborrachan,
jadeos...
Dulcemente extasiados
se reconocen en el otro
y sudorosos descansan
envueltos en un festival
de música y deseos.
Copyright Fini López Santos.