viernes, 6 de julio de 2012

Orfebre

Foto de la red


Me dices que te gusto 
que adoras mi perfume 
que huelo a esencia prohibida, 
que mi risa te enardece 
y saciar quieres mi alma sedienta. 
Y rememoro al instante 
nuestro alocado encuentro, 
¿bailamos? Aquella melodía 
perdurara por los años, 
cogiste mi cintura acompasada 
y mis pies al suelo se clavaron, 
hoy todavía me sigo asombrando 
de tu destreza y desparpajo. 
Llego de la despedida el momento 
y quise decir y se cerraron mis labios, 
miraste mi rostro acalorado 
y mi corazón galopo desbocado 
¡Cómo tembló mi cuerpo! 
¡Como temblaron mis manos! 
Frente a ti me quedé con los ojos cerrados 
esperando el beso no dado 
y sentí tu aliento en el mío acelerado. 
Tus dedos moldearon mi frente, despacio 
como buen escultor, cincelando, 
tus labios hasta mi boca resbalaron 
me sentí desfallecer, te estaba deseando. 
Y fueron caricias nuestras lenguas degustando 
alterando mi piel, mis ganas, mis sentidos 
me deje llevar por tus dedos encantados 
que se acercaban desafiantes, tanteando, 
primero con recelos, después ávidos 
queriendo apagar con besos 
la llama de contenidos deseos. 
Y viajo tu boca por mi cuello... 
y un quejido ahogado 
cimbreó mi cuerpo alborotado. 

Copyright Fini López Santos (2012) 








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