Y si alguna vez traspasé nuestra frontera... perdóname
quizá es tanto la ansiedad por abrazarte
que no vi la alambrada que levantaste
y deje que el corazón sangrase.
Y en esta encrucijada en que me hallo
el derecho a tus besos reclamo
porque tu para ello me diste permiso
entregando tu cuerpo en mi abrazo.
Que sea tu boca la que silencie mis besos
que sean tus manos las que moldeen mis pechos.
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