A Tore
Augurios de ayer sin parir,
siembran soledades al abrazarte
desde su última sonrisa
cuando allá la dejaste.
Que te vengan a decir
que no duele la sangre.
Tú que sabes de su apetencia
cuando la arropas en tu cama
y te invade su fragancia,
caricias con miedo para no despertarla.
Que te vengan a decir
que la sangre se apaga.
Amaneció con niebla cerrada,
de costumbres arraigadas en soledades
dolor al abrazar amores, temores.
Te madruga una tristeza
antes de que amanezca.
¡Y no los tienes en tu cama!
Y que vengan, que vengan a decirte
que no duele la sangre,
que no duele el alma.
Que letras mas profundas... Noto mucha tristeza y mucha belleza..
ResponderEliminarUn beso Finita..
Isa
La vida a veces, da bofetadas sin manos...en este caso tremendas.
EliminarUn beso Isa.
Finita