Mi mano acaricia tu pelo,
sujeta tu cabeza con delicadeza
y no deja que huyas...
Quiero enredarme en tu boca,
hacer mudas las palabras
y que solo tu suspiro
me llene de deseo...
Mis brazos rodean tu torso,
mimosa, en el apoyo mi mejilla,
no quiero marchar…
Y como un alquimista
ante el gozo de amar,
saciarme de tus labios necesito
gozando de nuestro tesoro…
Mis piernas cual yedra
te trepan sigilosa,
tu perfume me amodorra…
Y en ese devenir de tu boca
donde exploras hasta mi alma,
descubres el rictus de una mueca
cómplice de la mas bella alquímica.
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