Llegaron volátiles, amarillentas,
saludando en cada paso
a quien las quiera escuchar,
llenando el parque de ellas
y como cada otoño
comienza a sus parejas extrañar.
Cada día acompañándole
fiel, en su crujir al pisar,
abre su silla y se sienta a esperar
bajan sin miedo, saludándole
¡Quien sabe si hasta nombre tendrán!
Se engalanan sus plumas las aves,
revolotean a su alrededor
conscientes de sus pinceles,
coquetas sintiéndose observadas
en el bello mirador
coronado de laureles.
Y el paisaje toma forma en el lienzo,
una alfombra es el camino de hojas secas
bordeado de bancos ausentes de parejas,
sonríe…tuvo buen comienzo
y las aves, alegres, dicharacheras
toman su hombro en fiel abrazo.
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