Me dí la vuelta y te abrace
vi tus ojos de un mar intenso
con sombras de sufrimiento,
las olas bañaban tus parpados
y a tu abrazo me entregué.
Y me detuve en tu boca
ávida de labios sedientos,
siendo mi lengua centinela
de suspiros retenidos
en garganta loca.
Me aferre a tu pecho
fundimos piel con piel,
nuestro sudor, gotas de miel
como puzzle fiel
encajaba cada pliegue inacabado.
Y fuimos uno solo
en un mar de confusiones,
saboreamos el néctar del amor
con llanto de decepciones.
Y no fuimos uno, fuimos todo.
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