Quedaron tus huellas en cada
centímetro de esta piel acariciada,
templaste cada fibra anquilosada
por los golpes de la vida
hasta sonar una nueva melodía.
Moldeaste la materia prima
de este cuerpo abrupto
con cada roce de tus manos
y tus dedos trabajaron al unísono
con el latir de la sangre fluida.
Como artesano en busca de su obra
perfecta, trabajaste cada cuerda
una y otra vez, mil veces y una más
cual timple vibro con cada nota
hasta sentir viva la partitura en tu boca.
Copyright Fini López Santos.
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