Fuiste alimento de vida
en el vientre de los besos
llenando de pasión los días
de unos padres gozosos.
En crisálida te transformaste
y cómo del árbol los frutos,
crecerás en brazos seguros
de ternura alimentándote.
Y ante el destino sonriente
renacerás cual bella mariposa
libando el néctar de la rosa
tú...hermosa, impaciente.
Uno de tantos, que vendrá cada año
feliz y gozoso...como antaño
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