Foto de la red
Ver la luz del amanecer en tus pestañas,
recrearme en el plácido rictus de la comisura
de tus labios, llenarme de la serenidad que
refleja tu cara...
Cada madrugada me torno invisible
volátil y envuelta en la brisa de tu cielo
te espío desde el cabezal de la cama.
Los dedos rozan tu mejilla como un guiño,
mi silueta libidinosa, mueve sus caderas
a ritmo de Jagala dejándose llevar por la
música imaginaria, hipnótico momento
en que se cruzan nuestras miradas y al ser
descubierta en la densidad del ambiente de
efluvios lleno, endulzar quise tu boca y cual
Shimi, vibraron nuestros cuerpos acompasados
trazando infinitos que languidecían poco a poco
hasta perder su ondulación.
Amanecí en tus pestañas, corone la comisura
de tus labios y me llene de vida en tus brazos
buceando en el mar de tus ojos.
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