Se miraron a los ojos buceando cada uno en los adentros del otro, gritaron exhaustos
las más bellas palabras jamás escuchadas por oído alguno. ¡Se amaban!
Se amaban a sabiendas que nunca serían el uno del otro, que tendrían que vivir con
ese amor en la sombra y aquella tarde la superó.
Necesitaba despejar la mente y quemar la adrenalina que le insuflaron aquellos ojos
tristes y profundos.
-Salgo, no sé cuando volveré –le dijo-.
-Te esperaré para la cena –le aseguró-.
Estaba intranquilo, era más tarde de lo habitual y cuando marcó su móvil, un
presentimiento le sacudió de pies a cabeza.
Sonaba, pero lo escuchaba cerca...y vaya si lo estaba! En el salón, junto al libro que
ella estaba devorando “La tempestad” de Juan Manuel de Prada.
Pero entonces...¿Cómo la localizaba?
Tuvo la intención de ir en su busca, pero, pensó que mejor se quedaba en casa a
esperarla, ya que no sabía por donde empezar. Y pasaron las horas sentado
en el sillón, en la misma postura y con la mirada perdida.
Despertó del letargo al que el mismo había penetrado en la recesión a su
interior y decidió avisar a la policía para que buscasen a Laura...
Llamaron a la puerta a eso de las seis de la madrugada y dio un respingo
sobresaltándose en la silla, era la policía!
-Buenas noches, sentimos importunar pero, unos compañeros encontraron a una
mujer de las mismas características que usted nos dio, en la playa, junto a las rocas,
está indocumentada, creemos que a sido victima de un robo y en su defensa calló
y se golpeo quedando inconsciente.
¿Sería tan amable de acompañarnos para su reconocimiento?
-¿Su reconocimiento...está muerta? –preguntó-.
-No, está asustada y no articula palabra –contestaron-.
-Por supuesto, vamos...
-¿No prefiere cambiarse, señor?
En su aturdimiento, ni cuenta se dio que estaba solo con unos bóxer.
Cuando entró en la habitación, sus ojos se llenaron de lágrimas y su voz más bien
era un susurro –si es Laura-.
Le tomo la mano muy dulcemente y depositó sus labios en ella...se miraron,
el con ternura y ella, con una mirada desconocida para él, una mirada llena de
preguntas que le helaron la sangre, no se reconoció en aquellos ojos.
Le había olvidado, no lo recordaba...
Mi querida Fini que relato más bonito, me ha gustado mucho, me ha llamado la atención porque estoy escribiendo un libro en el cual la protagonista se llama Laura y tiene amnesia, pero no va de amor. Ya veremos si algún día ve la luz.
ResponderEliminarUn abrazo lleno de mi cariño y amistad, pasa una linda semana.