Desde la humedad de mi sexo
en donde te entretienes
tus ojos buscan los míos,
mudas conversaciones
perdidas entre susurros
sordos, del placer sentido.
Diálogos suplicantes
cuando me miras
y tu boca en el lugar convexo
me devora con lamidas.
Me evado, muero, me alejo
y recorres mis puntos cardinales.
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