Madrugada

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Te amo porque conmigo
fuiste generoso de tu tiempo
comenzando por los sueños
que estaban casi dormidos.

Madrugada en mi corazón
sin son, temeroso bailando
cómplice del sentido
cuando se pierde la razón.

Me deleitan tus silencios
porque ponen magia al sonido
el ambiente sabe a rocío
y huele a jazmines florecidos.

Cómplice madrugada de estío,
de este amor tan solo mío
que tras la sombra escondido
conoce mis más íntimos latidos.

Soy como aquel altivo junco
que mece con brío la tormenta
en la triste madrugada
de este sin vivir eterno.

No amanezcas madrugada
sé bien lo que digo
déjame seguir soñando
no le cuentas a nadie
que su amor me cubre del frío.

Copyright Fini López Santos (2012)