Foto de la red
Recuerdo como me gustaba mirarte...
Me sentaba en el banco más próximo para que no sospechase mi admiración
hacia el y disimuladamente le veía hacer su trabajo, pantalón negro y camisa
negra con ribete naranja en los hombros y en el corazón…su chapa identificativa.
Era una forma de mostrar orgulloso que podía hacer su trabajo sin miedo a
represalias…eran principio de los setenta.
Yo no tenía mas de doce años y escuchaba como algunas se mostraban orgullosas
de correr delante de los grises después de provocarlos y vi mas de una vez correr
con el pequeño maletín abrazado al pecho para no perder su herramienta de trabajo,
a algún que otro chaval que se acercaba a los profesionales para ver hacer su trabajo
y aprender el arte de sus manos.
Era bueno…muy bueno, tenia magia en las manos…parecían volar alrededor de su
objetivo, su destreza las hacia desaparecer y aparecer con la satisfacción de quien
sabe su trabajo bien echo.
Intuyo que siempre supo de mi admiración, hoy con los años, pienso en la cara
bobalicona que tendría yo cuando lo miraba por el rabillo del ojo y lo descubría
mirándome con una sonrisa.
Creo que desde entonces siento predilección por esa parte del cuerpo, es en
lo primero que me fijo sea hombre o mujer, no importa sean jóvenes o no,
grandes o pequeñas, me gustan unas manos limpias, bien cuidadas…jamás se las
vi manchadas a Lolo, así le llamaban y después también yo y me jure que un día
estaría sentada allí y sería la protagonista de aquella historia de adolescente.
Pasaron los años y un día me senté en la silla de la cafetería, donde se sentaba la
gente importante y le dije: ¿Podría? Me miro divertido y con un simple gesto me dijo
que si…volaron los minutos, cuando le pregunte por el importe de tu trabajo me
sorprendió con una reverencia, un beso en la mano y con aquellas palabras que
guardo muy dentro...Estoy pagado con tu visita.
Hoy te recordé como tantas veces, una mañana no acudiste a tu punto de trabajo…
la explanada estaba desnuda sin ti, nunca mas supimos de tu paradero.
Va por ti Lolo…mi limpiabotas preferido.
Copyright Fini López Santos
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