miércoles, 30 de julio de 2014

El sello de tu caricia

Fotos de mi autoría


Fue el tiempo conocedor de nuestra historia, quien no perdonó el olvido simulado 
de un corazón destrozado.
Desterrado de un cuerpo en primavera, surcó el mar embravecido de los 
sentimientos encontrados, izando velas el barco que zarpó a la deriva.
Las lágrimas llenaron mis entrañas, y la balanza justa o no, declino en tu olvido.
Mis ojos, hoy, se llenan de presente en el aleteo de tu mirada y nuestras manos 
conocedoras de secretos inconfesables, hablaron lentamente… los labios degustan 
con apremio la segunda copa, regalo de la vida que me lleva de nuevo a ti.
No me sueltes -te dije- arropada al calor de tu abrazo.
¡Es tan fácil enamorarse de un ángel!

Después de un sueño leve de insomnio despojado amaneció en tus pestañas, se 
iluminó la estancia con la tibieza del sol y volvieron a su lugar las agujas del reloj 
borrando en su cuenta atrás el tiempo perdido.
Cansados de caricias inacabadas regalando tequieros a raudales, me llenas la 
boca de dulces palabras rescatadas de quemados diccionarios, susurradas con 
sabor a negro café.

Ya peinamos alguna cana por el dolor acumulado y en nuestras pupilas hay huellas 
huérfanas de caminos errados. 
Me miras, me turbas, tiembla mi cuerpo ante el deseo de volverte a tener. 
Tus besos adictivos, llenan de escalofríos los surcos de mi piel.
Te pienso, cierro los ojos y vivo cada segundo del reencuentro, palpo alrededor 
de mi ombligo donde quedó el calor junto al sello inalterable de tus caricias y mi 
garganta te nombra en el silencio de la alcoba con el sabor de ti en mi boca.

No me sueltes amor ¡Vuelve!

Copyright Fini López Santos.




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