domingo, 6 de julio de 2014

Amalgama

Foto de la red



La nostalgia se adueño de su piel y juntos 
se integraron en aquella tarde plomiza con 
guiños de tormenta, al igual que la nube 
juguetona que intentaba distraerlo con sus 
alocadas formas.

Dejó salir un suspiro resignado, descalzó sus 
pies, desnudó su torso y anduvo bajo la lluvia 
de perlas finas como quien se purifica 
limpiando todos y cada uno de sus pesares.
Empapado hasta los huesos, sus lágrimas se 
fundieron con la lluvia y un grito desgarrador 
fue compañero del látigo luminoso de un rayo 
y su eco, la prolongación del sonido atronador 
de un disciplinado y severo trueno. 

Copyright Fini López Santos



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