Foto de la red
Cerrar los ojos, dejarme llevar
en tus brazos, sentirme acunar
y en tu pecho me acomodo
robándote ese beso, sin decoro.
Tomar una taza de café negro
y en el sofá mullido frente al fuego,
de tu mano, el suave roce atrevido
junto a mi boca en tu oído.
Esa caricia para sentirme tuya,
la hambruna que delata tu mirada
y esos gestos de complicidad acumulada
cuando tus susurros acarician mi alma.
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