viernes, 9 de enero de 2015

"Mi Loba"

Fotos de la red



Se sentó deseosa de refrescarse, el día se presentaba bastante caluroso, Sevilla ardía.
Desde la Campana, su heladería preferida, había un paso hasta su apartamento, tenía
suerte de vivir en aquella calle. 

Tan abstraída saboreaba la Stracciatella que ni cuenta se dio que era observaba con verdadero 
interés, la devoraba sin recato alguno, al pasar por su lado solo se escuchó un susurro: te comería 
toda mí loba y un escalofrío recorrió su espalda.

Aún no había entrado en la ducha cuando llamaron a la puerta y una simple flor dejó paso a una
tarjeta en blanco con dos palabras “Mi loba” y palideció.

Le mandó flores cada día durante una semana, nunca iguales, pero si las mismas palabras. 
¡Necesitaba conocer a quien le subía la lívido de aquella manera tan desenfrenada!

Bajo a la heladería, exuberante, sensual, ardía en deseos por un acercamiento y se marchó 
cansada de albergar ilusiones fatuas, alzándose de hombros pensó, un error, seguro que fue eso. 

La frescura del agua se agradecía, frotó su cuerpo hasta desaparecer aquel ardor que la 
devoraba arrastrando toda calentura por el desagüe, se puso el albornoz justo al tiempo en que 
sonó el timbre de la puerta, su corazón bailó, pero no eran flores esta vez.

Bellísima de ojos esmeralda y piel aceituna, el cabello negro azabache, tenía una mirada 
que hizo palpitar su piel. 

– ¿Me dejas pasar, mi loba? 

Juguetona le soltó el albornoz mientras cerraba a su espalda y diseño con sus dedos 
mareas, recorriendo el laberinto de su ombligo, su lengua húmeda resbalaba devorándola
entre arrullos de placer hasta hacerlo insoportable. 

-¡Cómo me apetece ponerme en tus labios!

Con decisión se adentró en su boca buscando ávida su lengua, se entretuvo saboreando 
el néctar de sus salivas a la vez que se entrelazaban como yedra unos cuerpos deseosos 
de ser devorados por el placer. 

Fueron besos glotones, impacientes, genuinos, besos que detenían su mente en un solo 
punto, gozar hasta el límite de la sin razón, no quería pensar y pidió sentir sus manos
más atrevidas.

-Necesito llegar al clímax, le dijo:

Se amaron como dos “Lobas”, se devoraron, la sintió dentro de ella, se resquebrajaba
toda transpirando enloquecida, quedando sin respiración en un orgasmo desconocido
y se abandonaron hasta perder la noción del tiempo.

Copyright Fini López Santos











8 comentarios:

  1. Un relato muy especial...La piel del cuerpo y el alma se dejan llevar por la intensidad de las palabras y el tacto...Mi felicitación por tu generosa entrega a la sensualidad, a la pasión y a los sentimientos, Musa.
    Mi abrazo grande y feliz fin de semana, amiga.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Mª Jesús, buen comienzo de semana.
      Un abrazo, amiga.
      Finita

      Eliminar
  2. Dos lobas dejándose llevar por sus instintos, buen relato Musa.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Precioso relato sensual; tus palabras tienen mucha fuerza, me ha encantado Musa. Creo que todos tenemos una loba/o dentro.

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Jack.
      Cierto, la dualidad del ser humano.

      Un beso

      Eliminar