No alcanza mi vista a ver tu cuerpo
perderse allá en el horizonte
alejándose de todo aquello
que te destroza, te duele y te
hace recordar encuentros sin apego
sin motivos para nuevos momentos.
Ni tan siquiera yo puedo detenerte.
De nada sirvieron caricias nuevas
de distintas tesituras
notas en el sonido de mis susurros,
mis tequieros resbalaron por tus labios
cayendo a tus pies rotos, sin sentido,
y me sentí fenecer en vuelta en tus miradas
siendo para ti, un instrumento sin sonido.
Nada sirvió para retenerte.
Al ritmo de un contrabajo
grave, profundo fue tu silencio,
imposible mirarte de frente.
Engéndrame de notas te pido
dibuja tras una corchea un sol sostenido
y deja que la melodía siga in crescendo.
Copyright Fini López Santos
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