Me gusta hablar mirando a los ojos
y contigo desvío la mirada
conteniendo mis enojos,
te hablo al aire, porque siento
vergüenza ajena al verte disfrazada.
Te pavoneas consciente de tu cacareo
con esa falsa inocencia
y ese seducir de tu bamboleo
con muecas de sonrisas pícaras.
Ya no Julieta, ya no,
que tu Romeo jamás te pidió las trenzas.
Ya no Julieta, ya no.
que tu Romeo tiene princesa.
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