Foto de la Web
Había tanta
magia…
Una
pregunta escueta y directa
con un sí
por respuesta.
Y la curiosidad por indagar,
le gano a
la prudencia establecida
en una
sociedad hostil y homófoba.
Había tanta
complicidad…
Tras el
portalón del viejo patio de vecinos
nuestras
citas clandestinas
fueron
sembrando de amapolas
el bosque
agreste de pinos
hojarasca y
secas piñas.
Había tanto
dolor…
Al igual
que el capirote con sus trinos
tus sonoras
risas fueron
aquellas
que hacían temblar los
cimientos,
dolor acumulado
en cuerpo
destronado.
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Fini López Santos.