Miedos (Reto de Octubre)
Propuesta de Ginebra Blonde
Foto de la red
A los cuatro años se quedó
sin madre, entre una fría guerra a la que su padre
tenía que
partir, no podía dejarle solo y se casó de hoy para
mañana, regalándole una madrastra y tres hermanos mayores.
Aquella soledad a tan temprana
edad fue devastadora.
Pesadillas, llantos, miedos,
que su madrastra se encargo de alimentar.
No fue mejor el regreso de
su padre y se encontró amenazado si contaba
lo vivido y encerrado
con tres granos de uva por comida hasta el regreso
de su progenitor
del trabajo.
Se acostumbró a contarle su
dolor a las estrellas y cada noche le rogaba
a su madre lo llevase a
su lado, no soportaba la maldad de aquella
mujer, hasta atemorizarlo
con brujerías.
-Cuando muera tengo que aparecerme y pincharte
los ojos con alfileres.
No te libraras de mi ¡Nunca!
En mitad del campo bajo una
espuerta de esparto, a la intemperie y
aterrado por el aullido de los
lobos, dormitaba el chiquillo
bañado en lagrimas.
La vida no le regalo nada más
que soledad y duro trabajo.
Hoy postrado en la cama con el
alma rota y la mente lúcida, recuerda
la noche en que le visitó una
gran estrella, posó su luz
en la enorme roca y con sus
ojos llenos de lágrimas, la reconoció.
Su madre le habló muy dulce
¡Era muy bella!
-No puedo llevarte conmigo,
ando deambulando como alma
en pena sin lugar fijo, vendré
a buscarte cuando podamos estar juntos.
Pasaron los años y cada noche
le hablaba sin recibir respuesta.
¡Siempre la tuvo presente!
Una madrugada se le escuchó
decir un nombre con la voz deformada
por la inmovilidad, y con risa
nerviosa levantó sus brazos aferrándose
al cuello de su madre y
ella lo acunó al tiempo que juntos partían.
Prefirió la huida a morir en vida.
Copyright Fini López Santos.