Foto de la red
Me llevaste de la mano hacia ti
rodeándome en tus brazos.
¡Qué pequeña me sentí!
Quise perderme en tu abrazo
y sentí vértigo en mis adentros
al profundizar en tu océano.
Ese que late en tus venas
cuando bombea el corazón.
¡Y sentí tus manos eternas!
Me sujetaste por el talle
y volé feliz en mi mundo,
ahora también tuyo.
Al levantar la mirada.
tus ojos chispeaban
y se sonrojo mi cara
Y bajaste tu boca a mi boca
y tu beso fue mi beso,
por un momento fui hermosa.
¡Y ese pellizco al mirarte de frente!
Me sentí desvanecer y para no caer
tuviste que retenerme fuerte.
Con labios hambrientos
siguieron nuestros cuerpos
fundidos al mismo ritmo.
Y bailamos al unísono nuestro tango.
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