El cielo con sus nubes grises
me acompaña en estos días tristes,
ayer cuando bese tus labios
suaves, dulces, tersos,
mi boca se durmió en tu beso.
He de confesar que son ellos
el arma que me desarma,
qué tu aliento me embota
y me llena de contento,
trepar quiero por sus acantilados.
Mi sangre se torna fuego
al contacto de tus manos,
mi mente altiva, despejada,
con las nubes se enmaraña
en la fragancia del deseo.
Es locura de mis dedos
enredarse en tus cabellos
y en tus sienes plateadas
enciendo las ascuas
perdiendo la noción del tiempo.
Bebo de tu boca dulce licor
para emborracharme de placer
con besos hambrientos,
y me llegue a enloquecer
la pasión de nuestro amor.
Tu mirada de niño grande
me enturbia la razón
el no, se torna sí, el frío en calor,
sigo buscando en tu corazón
y sigo sin hallarte.
Copyright Fini López Santos(2012)
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