Soñé contigo con tanta realidad / qué dudo fuese solo un sueño.
Sentí cada caricia, cada mimo / y desperté envuelta en un sudor frío,
las caricias más atrevidas, fueron mías / los besos más largos,
irrealizables... tuyos.
Fueron palabras de amor con ansia contenida / te acaricié lenta, suavemente...
palmo a palmo / perdiéndome en tu cuerpo con lujuria, / cada rincón de tu piel mi
lengua recorrió / confeccionando con ella un traje de saliva.
Mis besos se perdieron en tus ojos, tu boca, tus manos / bajando hasta donde
tú deseo se hacía presente, / adivinando el convulsivo movimiento de tú vientre.
Te dejaste hacer mirándome, pero sin verme, / tus ojos llenos de deseo despertaron
en mí el ansía / de ser cruel, crueldad llena de amor por poseerte y
retrasé el momento hasta lo inexplicable / sintiendo que las fuerzas querían
abandonarme.
Bajé hasta tú sexo ardiente y libre / mis labios jugaron, mi lengua fue perversa,
mi boca, queriendo acabar con tanto orgullo /te arrancó suspiros hasta
entonces ocultos.
Despacio fui yo quien te poseí, muy despacio, / sentí tu sudor brotar de
cada poro, / y tus venas queriendo explotar.
Sentí como tu fuerza me llenaba hasta el alma / y fuiste mío quedándote
medio dormido, / pero al final... fuiste tú quien me tuvo / llenándome
de pasión y orgullo.
Nuestros cuerpos sudorosos acabaron unidos, / solo el ritmo de nuestro
corazón despertó nuestros sentidos.
Te poseí como nadie supo poseerte / en cuerpo y alma,
porque tú mente... tu mente / ya no contaba.
Copyright Fini López Santos
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