El temeroso respeto por sentimientos vivos
trae a la imaginación sin quererlo,
gritos, papeles y libros.
Cuando cambiamos de espacio,
apenas se percibe el aislamiento en que nos hayamos,
y sin querer, la estima de quienes teníamos costumbre
de ver y hallar continuo...la olvidamos,
siendo necesario atizar la lumbre
mientras duran en nosotros los fríos anquilosados.
Tan intenso es el contraste qué perciben mis ojos
tan vagos los sentimientos,
qué se confunden estando lejos
los recuerdos de conversaciones y momentos.
El confuso rumor de una voz a lo lejos
y el saborear un café en silencio,
son la calma contra reloj en este amanecer
de soledades qué turban sin querer.
Y olvidé sin quererlo
el gusto de estrechar las manos
charlando un poco de esto y aquello
fumando el cigarrillo de antaño.
Las únicas ideas qué me están quedando
son un mar de silencio recordando detalles,
qué sueltas en mi memoria siguen flotando
tan lejanas, qué más bien parecen soledades.
Copyright Fini López Santos
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