Resultó el nuevo día
como salón desmantelado
y los primeros rayos de sol
halógenos arrancados, huecos
en el alma, donde tejer desesperanza.
Fueron momentos de indiferencia,
puertas lijadas para borrar sonrisas
y ante el vacío existente y triste
pinto color llenándome de alegría
para sentir sin dolor tu adiós.
¡Será que nuestro abrazo se llenó de olvido!
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