Foto de la red
Mi corazón no entiende de distancias
ni de silencios hallados en el tiempo de tu olvido.
Mi boca dejó de pronunciar tu nombre al viento,
ahora te nombra entre dientes, susurrándote
en la cavidad formada entre el paladar y la lengua
y lo saboreo letra a letra sin nombrarte.
Y me duermo abrazada a tus buenas noches,
penetrando en el sueño que a ti me lleva.
Se me hace insoportable tanto silencio,
vacíos tengo los oídos de tus risas
y mis labios, secos por la ausencia de tu beso
se agrietan, sangran, te imploran sin aliento.
Mi corazón no entiende de distancias
ni de silencios en tiempo muerto.
El corazón no entiende de esas cosas, pero a la larga se acostumbra y anestesia los sentidos.
ResponderEliminarPrecioso poema!!! Un placer leerte!
Besitos.
Cierto amiga, uno no olvida se acostumbra. Gracias por pasar y comentar.
EliminarSiempre tan atenta.
Besos