Se necesita coger fuerte la mano
para salir de la noche,
peinar las estrellas
con gran derroche
y abrirse camino entre ellas.
Esperando que el día aceche
a la llamada del almuédano,
no tengo derecho a robarte
en este día el sol liviano
de este amanecer ausente.
Primero fuiste larva
después crisálida,
despegando tus alas
de irisación perfecta
y suavidad aterciopelada.
Fuiste mariposa
y después…hada,
resaltando tu belleza
todo aquel que te ama,
entregando en ello el alma.
Dulce y bondadosa
a lomos de un corcel
fuiste para muchos la diosa
con forma de ángel.
¡Mi niña hermosa!
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