Propuesta juevera que nos deja "Moli del Canyer"
Tome esta imagen para mi propuesta.
Todo se perdió, nada es lo mismo, me comenta el abuelo,
a sus 86 años garrota en mano y un ictus por suerte no mortal.
Recuerda su niñez cuando quedó huérfano con cuatro años
y tuvo calamidades por premios.
Pasó por dos madrastras y hermanastros que la tomaron
con él por ser el pequeño y no sabía defenderse.
Lo alimentaban con tres granos de uva asomados por debajo
de la puerta del cuchitril donde lo encerraban.
Eran otros tiempos me dice: aunque ni así se debería tratar
a nadie y menos a los inocentes.
Recuerda vagamente a su madre peinando a su abuela, sentada
en su silla de anea, en el patio de la humilde casa de labranza
y dos lágrimas corren libres por sus mejillas.
Quizá su vida hubiese sido otra, incluso hoy, arrinconado
en una casa, bien atendido cierto, pero donde la comunicación
no existe y su mente divaga perdiendo a veces la lucidez,
con su voz ronca de estar siempre en silencio.
Hoy se habla mucho de la salud mental, está de moda
Es cierto que eran otros tiempos…
pero y ¿los tiempos de ahora con nosotros los mayores?
© Fini López Santos.
A pesar de la dureza de aquellos años de penurias, tengo dudas de que estos tiempos sean mejores para los ancianos. Tu relato me ha hecho recordar a mi abuelo quien también se quedó sin madre siendo muy niño y a quien también maltrataron sus madrastras. Muy buen relato. Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias. Besos.
EliminarQue cierto todo lo que nos cuentas, cuántas personas con una edad se verán reflejadas en estas letras.
ResponderEliminarSiempre se ha dicho que la peor desgracia para una persona es quedarse huérfano en la niñez y que verdad es.
Un relato crudo, pero real como al vida misma. Un besote y me alegro que te sumaras a la convocatoria de Moli.
Feliz noche.
Gracias Campirela. Feliz semana.
EliminarPasen los años que pasen, los sentimientos de las personas son los mismos. Todavía podemos dar gracias por no pasar esas necesidades para terminar en el estado de ese abuelo...me da miedo.
ResponderEliminarA mí también me asusta.
EliminarLa soledad que produce esa ronquerra, con sonido grave , lamentos de lo que tiene que decir y sabiendo que nadie le escucha. Muy buen relato. gracias por compartir.
ResponderEliminarGracias a ti por comentar. Feliz semana.
EliminarTriste historia la de este abuelo que pasó penalidades en su vida. Ahora aunque se pase mejor vida, la vejez no perdona para muchas personas que se encuentran tan solas.
ResponderEliminarMe ha encantado lo que has escrito para esa propuesta.
Un abrazo Fina.
Es triste, llegar a ese punto. Un abrazo Elda.
EliminarFeliz semana.
Crudo y real… La vejez tiene su propio tiempo: ese que no siempre acompaña con dignidad y consideración. Cambian las épocas, y muchas de las cosas, afortunadamente, para bien; pero quizá la humanidad debería estar más presente, más entregada, más humana…
ResponderEliminarMuy buena aportación, querida amiga.
Abrazo grande, y muy feliz semana 💙
Creo que nos falta humanidad.
EliminarUn abrazo amiga y feliz semana.
cambiar el mundo, sueño de mariposa, recuerdo imborrable, sentencia eterna.
ResponderEliminarGracias por pasar Rodrigo.
Eliminaryo le habría borrado las tres ultimas lineas....
ResponderEliminarGracias por tu opinión.
EliminarUn texto que impacta, nos refleja otros tiempos, sí, duros. Los de ahora también son duros la vejez evoluciona para llegar al mismo destino. La sociedad sigue pasándolo mal, mayoritariamente...
ResponderEliminarBuen texto.
Un abrazo.
Gracias Franconetti.
EliminarUn abrazo.
Pues sí que son tiempos complicados, antes la sabiduría en el campo era muy valorada, era parte del alimento. Ahora espero que todo se vaya adaptando, vamos muy rápido. Un abrazo.
ResponderEliminarAsí es Xan, pienso lo mismo.
EliminarUn abrazo.