Ese fuego devastador
que sin miedo me delata
en tu olvido consentido,
es el calor de esos segundos
que tus manos se ausentan
de mi piel y sin contemplaciones
se dedican a mi boca que en tus labios
arden salvajes llenos de alocados besos.
Manos que se multiplican en cada
contoneo de mis caderas arqueando
la espalda ágil y provocadora, despertando
al amor con el roce de tu sexo descarado
alimentando nuestras ganas, soy alumna
aventajada de toda asignatura compartida
entre nuestros cuerpos sudorosos sin pudor
alguno, impidiendo que tus caricias caducaran.
Y calló la ropa lentamente,
hasta la última prenda acomodada
en la geografía de mi piel moldeada por
tus dedos fieles a cada nota del pentagrama
y fuimos arrumacos de un bolero hasta bailar
con piruetas atrevidas al son de un rock salvaje
uniéndonos en abrazos prietos entrelazando
las piernas, susurrando a ritmo de tango empastado.
Copyright Fini López Santos
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