Regálame una noche de caricias llena,
donde tus manos me lleven
a vagar por tu piel aceituna.
Quédate con el sol de media noche
y dame la vida que me robaste,
sin ella, no puedo ver tu sonrisa
abandonada al vaivén del amor.
Regálame un sinfín de miradas
que no cieguen mis ojos,
que mi alma no viva más dolor
que el de tener tu beso en mi boca.
Quédate con el rictus de mis labios
con esa mueca que enloquece mi memoria
no río, no pienso, ya no soy nada sin tus besos.
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