Foto de la red
Tus brazos rodean mi pecho,
me envuelves en el tibio manto
de tu cuerpo por mi adorado
y al unísono tras los cristales
vemos esa nube que se entristece,
cae ante nosotros la lluvia serena
y parece que el cielo llora.
¡Este clima me enternece!
Saboreo un gran reserva, recostada
mi espalda en el alfeizar de tu pecho,
buscando mi cabeza refugio
en el acantilado de tu cuello.
Lo paladeo dejando impregnar
mi boca por la sensación placentera
de taninos y aromas al degustar.
¡Delicia de placer al paladar!
Tu aliento se posa en mi nuca,
te acercas peligrosamente
y me amodorra la embriaguez
del bouquet sabroso de tu boca.
Con fuerza arreció la tormenta
y en su estallido me fundí contigo
en suave ronroneo,
me entregaste candela
ardiendo nuestras venas
y con el crujir de un trueno
dejé libres mis gemidos ahogados.
Llueve...me ovillé entre tus brazos
y me quedé colgada en tus labios.
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