Tantas palabras dichas
razonables o no
cambiaron nuestra dicha
de un zarpazo
marchitando las rosas
que cultivamos tú y yo.
Seguiré buscando tu corazón
contra toda razón
aunque bailes otros sones
lejos de mis pasiones.
Te buscare donde el frío hiele las venas
allá donde alcanzarte pueda
para darte mi amor a manos llenas
y poder amarte aunque duela.
Te hablare en mil lenguajes
inventaré formulas mágicas
donde todo sean dichas
sin miedo a continuos equipajes.
¡Tantas palabras, tantos juegos!
¡Tanto fuego, tantos anhelos!
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