Por los días de sacrificio
escuchando amenazas,
por las noches de frío aterido
por ser nuestra calma.
Gracias, Diego Zapata.
Por las horas sin descanso y mal herido
por el agobio de sentirte a nosotros ligado,
sin saber si eras querido
y con el llanto quebrado.
Gracias, mi amigo.
Por los sueños creados
a través de tu voz,
por la nostalgia sentida
al escuchar una canción.
Gracias, de corazón.
Por las famosas mañanas
en la plaza de la Montañeta,
gritando el descontento con ganas
con nuestra libertad a cuestas.
Gracias, enhorabuena.
Por el tiempo robado
por todos tus oyentes,
por no poder estar a solas
más tiempo con tu gente.
Gracias, por ser coherente.
Por todo esto y más
te queremos tus amigos felicitar,
por saber a través de un micro
Llenar nuestras vidas de paz.
Gracias por tu amistad.
Copyright Fini López Santos 15/1/1990
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