Me duele el corazón
por las muestras de afecto
compartidas desde un sillón,
sin querer renunciar por ello
a pesar del desconsuelo
a llenar bolsillos en cuestión.
Me duele el cerebro
al no poder entender,
los trabajillos y camelos
de personajes perennes
ubicados en el poder
empujando al desconsuelo.
Me duelen los ojos
de ver injusticias
hechas por unos y otros,
esta vida cuestionada,
demuestra que democracia
no es sólo, cuestión de votos.
Me duele el alma
al comprobar día a día,
que somos los mismos en vigía
por una lucha transparente y clara
clamando al usurero justicia
sin tanta filosofía.
Me duelen las manos
por cerrar al mundo mis puños
en señal de impotente lucha
y nos sentimos ufanos
ante futuros mudos
llenos de hipocresía bien hecha.
Me duelen los pies
dejando huellas errantes
por caminos de hiel,
queriendo surcar los mares
no sin antes probar la miel
de mi esfuerzo constante.
Me duele la vida, en resumen,
aquélla que me dieron
legalmente acreditada,
no quiero seguir vegetando impune
por este mundo mansurrón
de justicia mal usada.
Copyright Fini López S.
No hay comentarios:
Publicar un comentario