Es tan grande el vacío
que dejaste con tu marcha,
que no encuentro el camino
que a ti me lleve en calma.
Es tan grande el silencio,
tan altas las dunas de mi cama,
que siento la soledad del desierto
en estas cuatro paredes sin alma.
Siento que me vigilan los sueños
hasta abandonarme en tus brazos.
¡Si supieras cómo te estoy queriendo!
¡Si supieras que olvidarte no puedo!
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