Foto de la red
Se callan mis manos,
mudas las yemas de mis dedos
vacías de caricias.
Si pudiera silenciar tu boca
con cada beso inventado,
sellarla con mis labios
antes que se tornen áridos
los escalofríos de tus migajas,
sobras de otras bocas deseadas
en su rictus de amargura.
Se callan mis manos,
rescoldos de aquel fuego
que un tiempo crepitaba
ardiente y vivo.
Copyright Fini López Santos (2012)
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