Porqué somos tan vulnerables / cuando el dolor nos ataca,
nos volvemos deshechos humanos / simples piltrafas,
sin poder salir del claustro / en qué el dolor nos invita a encerrarnos,
sin escuchar nuestra voz / nuestros propios pasos. / No sentimos
moverse nada alrededor / poco a poco se apaga la luz / perdiendo
su resplandor / llegamos a un extremo / en que ni vemos, ni sentimos
solo el dolor está latente / tan solo nos queda aliento / para pasar
por esta vida sin ser vistos / viviendo de recuerdos hoy ausentes.
Dejamos qué nos abandonen las fuerzas / y por fin, de nuestro
cuerpo / también la mente se aleja.
Copyright Fini López Santos (2012)
Foto de la red
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