Foto de la red
Todavía recuerdo tu mirada
penetrante, tus ojos hablaban
por ti, pedían a gritos que me
quedase contigo y te respondí con
el lenguaje austero de los silencios.
Será el canto alborotado de mi
alma quien rete a tu mirada,
seré maiko para tu persona
aprendiz de todas las artes
la adivina de tus deseos.
Dejaré entrever, deleitándote,
la exquisitez de todas mis curvas,
para ti será el okuni más sensual.
Seré quien llene tus veladas
de paz y armonía para tu calma
quien de brillo a tus cansados ojos
llenándolos de imágenes deseadas,
cuando con ellos recorras mi piel
despertando los sentidos.
Serán mis manos el mejor pincel
que pinte al óleo tu vibrante cuerpo
y seré tuya en cuerpo y alma
si eres tú, mi danna.
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