Alzó un altar en su corazón
llorando nuevamente aquel dolor
que ante la voluntad desierta se apagó.
Siente que el mundo de el se olvidó.
Su cuerpo entró en un abismo profundo,
la mente y sus ojos se turbaron,
pide desde el fondo de su corazón
razón para este amor amordazado.
Sintiendo un vacío inmenso,
regresar sin el no quiere
y sus labios gritan... ¡Bésame!
que apague este dolor eterno.
A sus pestañas trepó
en su perdida de cordura
y con amarga tristeza descubrió
un rictus socarrón en su comisura.
Copyright Fini López Santos
Hola, soy Etra, he leido hoy tus comentarios en mi blog, muchas gracias por ellos. Veo que tu también escribes, me gusta y te animo a que sigas haciéndolo,
ResponderEliminarun abrazo
Etra.
Quiero suponer que conteste a tu comentario
ResponderEliminarpues tuve problemas con el blog y no me dejaba leer
los comentarios. Si es así, todo dicho.
Si no, gracias por tus palabras.
Un abrazo.