Dame, dame que deguste
tus labios como almíbar
que endulza mi vida.
Donde tus manos,
recorran la geografía de mi cuerpo
quieto expectante
por recibir tus caricias.
Dame, dame que deguste
tu ansiada boca.
Que se entrelacen nuestras lenguas
y cuando me beses
devuélveme el aliento que respire,
déjame volar cual mariposa.
Dame, dame que deguste
tus manos en mi piel.
Arden mis ansias
por tenerte, por sentirte
que sea un continuo devenir
no quiero en esta fría noche perderte.
Déjame, déjame que te deguste
delirio por tenerte.
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