Te perdí,
¿Pero cuando lo supe?
Estaba enamorada
y me apresaron tus ganas
y fue tu garra
la que me destrozó.
Te perdí,
Pero… ¿lo supe?
Fuiste cruel con tus desprecios
sin importarte el dolor
y pensé tenía que pagar
por poderte amar…
arrastraste mi alma por los suelos.
Te perdí,
¡Y tú lo sabías!
¡No encontraras quien te ame como yo!
Tendrás que inventarme -dijiste-
y fuiste el guardián de mi cárcel.
Maldigo aquella tarde… ¡la maldigo!
La maldigo porque fuiste cobarde.
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