Este agradable momento terminara imaginándote sentado
frente a mí a la luz de la luna, compartiendo un espacio secreto
donde el alma encuentra la serenidad y la paz que necesita para amarte.
Quiero deshacerme de esta acostumbrada soledad, quitarme el disfraz
tanto tiempo sobre mi piel, sé que saldré pronto de este envoltorio
postizo y volaré cual mariposa ¡libre!
adornando el aire con el color de nuevas alas empolvadas.
Amor, ¡Si tú vieras…!
Camine por la playa cogida de tu mano y me detuve a la sombra
de la palmera, aquella que rodeamos con nuestros brazos sintiendo
el latir de la savia, ¡Como nos amamos!
Y me senté en la tibia arena, rodeada del brillo del sol, bebiendo
de aquel oasis, y deje que amaneciese absorta en el horizonte
de tu mirada, te aseguro que no quería, pero…llego la madrugada
regalando luna llena y surgiste triunfante de la misma mar y fui la
sombra de tu amor, abrazados junto a las estrellas muero una y
otra vez y resucito en tus labios.
Tus manos, bálsamo milagroso que curan mis heridas,
me vacías, sorbes el néctar de nuestras pasiones y nos fundimos
piel con piel siendo una sola boca un mismo sexo, un mismo deseo.
Desperté…siento frío, ¡Te necesito!
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