Deja que tus manos
acaricien mi mejilla,
pósalas en mis ojos
claman arduos tu presencia
están de llorar cansados.
Ven, dame tus manos
posa tus dedos en mis labios
¿Los notas? Sedientos están
por beber de tu boca el licor
y gozar de tu aliento el frescor.
Son cálidas cual brisa,
cuando las siento en mis pechos
enervan mi espalda
y entre susurros me miro en tus ojos
sintiéndome abandonada.
Esas manos, tus manos
recorren mi cuerpo excitado,
me hablan de ti, te hablan de mí,
entran y me vencen hasta el delirio
apoderándose de mis secretos.
Tus manos, esculturas de amor.
Copyright Fini López Santos
Foto cedida por Joan Barcelona
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