Te escucho lejano
entre el sopor y el sueño
en el que deambulo,
me dices ¡Te quiero!
Con la voz rota
quebrada por el gozo
de entregarme tú derrota.
Tu cuerpo y el mío
destilando licores
se regalan caricias
rezumando sabores, olores
y te robo un suspiro
en un grito silenciado
temblando la piel
prietas las manos.
Derrota que recibo triunfante
justo al entregarme,
los dos perdimos
los dos ganamos,
cayendo desfallecidos
inertes los cuerpos
de pasión rotos
y de ti me despojo.
Aun me queda tiempo
a ritmo de contrabajo
por si quieres adentrarte
una vez más en mi arcano,
río desbordado
por el gusto mutuo de amarnos,
te percibo, nos seguimos buscando
hambrientos de besos
con los ojos cerrados.
Copyright Fini López Santos
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