Bahía de Ha Long (Vietnam)
Foto autoría: Rafa Navarro
13 de marzo
16´40 de un día primaveral.
Aquella tarde se despidieron nuestros ojos con la promesa de reencontrarse, sin
pensar que el mundo jugaría con nuestro destino y la vida de muchos.
No importa el mes, igual podría haber sido febrero que octubre,
no era lunes, fue viernes y algo ya se estaba fraguando.
No venían a nuestro encuentro los jilgueros como cada tarde
y el teléfono no dejaba de escupir mensajes.
"Mañana no se abre, muchos apuraran hasta las 24 horas".
Una sensación rara me inunda, un escalofrío me recorre, pero la mente no deja
pensar en las consecuencias de este confinamiento doloroso.
Soñábamos con la bahía de Ha Long (Vietnam) lugar de ensueño que abra que
visitar con la mente, prietos los ojos, quizá fue nuestra ultima
oportunidad... siempre posponiendo la vida para después.
Días de naufragios con grandes tormentas.
Desgarros y ausencias que destrozan almas.
Lloro por ti, por todos y el dolor es daga en mi pecho abierto.
Mis oídos se reinician de tanto silencio concentrado y pesado.
Mis ojos solo ven tristeza y miedo... miedo la mordaza para el sufrimiento.
Hay que descorrer las cortinas para ver la luz del día y ver que el azul es más intenso
y los pájaros siguen regalándonos sus cantos, sus trinos alegres y melodiosos.
La vida se renueva segundo a segundo, la naturaleza se estrena con colores nuevos
y su fauna libre corretea a sus anchas.
Nosotros tendremos que aprender a hablar con los ojos, olvidarnos de abrazos
truncados y de besos rotos en labios encarcelados,
aprendiendo a reconocernos distinto, a besar con el alma.
Copyright Fini López.