Servidora y mi hermano
¿Te apetece compartir tu recuerdo conmigo?
Nos guste o no la Navidad, siempre hay un recuerdo feliz
que llega con estas fechas señaladas.
Yo la verdad es que tengo muchos, hasta los seis o siete años de edad
vivíamos la Nochebuena modestamente, pero siempre había algo especial.
Las pastas que mi madre hacía en los días previos y que escondía para que
llegasen hasta Año Nuevo.
Después de la cena, mi padre hacía palomitas de maíz en cantidades
industriales, subían mis vecinos y todos alrededor de ellas
cantábamos villancicos y reíamos hasta llorar de la risa.
Cuando mi padre comprendía que era la hora, se vestía de pastor
zambomba en mano, con una larga cola de niños tras él con sus
panderetas, visitábamos a los vecinos de la calle cantando villancicos
y pidiendo el aguinaldo, aguinaldo que consistía en una chocolatina
para los niños y una copa de mistela para los adultos.
Era mágica esa noche y llena de ilusión.
Es lo único que echo de menos.
¿Y tú, qué echas de menos?
Felices fiestas navideñas
y un prospero
Año Nuevo.
Copyright Fini López Santos.